

Detección precoz de enfermedades en medicina veterinaria mediante la morfología sanguínea
Una de las pruebas de laboratorio más comunes en la práctica veterinaria de pequeños animales es el hemograma completo (CBC). Sin embargo, aunque esta prueba es esencial para definir el número de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas, la evaluación cuantitativa no es el único componente de la evaluación hematológica completa. La otra pieza fundamental es la evaluación del frotis sanguíneo
Los resultados de la morfología de la sangre (morfología de los glóbulos rojos y blancos y de las plaquetas) combinados con los resultados cuantitativos proporcionan más información y mayor claridad. Contribuyen a la detección precoz de enfermedades, el seguimiento de la eficacia del tratamiento, la evaluación del estado de salud general y la predicción del pronóstico, al tiempo que orientan la realización de otras pruebas diagnósticas.
Detección precoz de enfermedades mediante la morfología sanguínea
Como profesionales veterinarios, sabemos que nuestra mejor oportunidad de éxito (calidad y cantidad de vida mediante planes de tratamiento eficientes y eficaces) suele ser cuando detectamos la enfermedad a tiempo. Los resultados de la morfología sanguínea junto al hemograma pueden aportar muchos más detalles a nuestro cuadro diagnóstico. Esto se aplica a las tres categorías de nuestro hemograma completo: glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
Uno de los desencadenantes más frecuentes de la evaluación de un hemograma es la preocupación por la anemia. Si un veterinario se basa únicamente en el valor cuantitativo del hemograma, podría perderse mucha más información sin una evaluación morfológica. En concreto, cuando hablamos de las características de los hematíes, podemos pasar de un diagnóstico cuantitativo general de anemia a una caracterización mucho más detallada de la capacidad regenerativa, la concentración de hemoglobina, la sugerencia de enfermedad autoinmune, el hemoparasitismo e incluso la detección de uno de los primeros indicios de posible neoplasia esplénica (a partir de los esquistocitos). Esto no sólo puede ayudar a reducir nuestra lista de diagnósticos diferenciales, sino que también puede ayudarnos a centrarnos en diagnósticos adicionales y orientar las opciones de tratamiento.

Del mismo modo, es posible que los médicos sólo evalúen el recuento de glóbulos blancos o busquen un patrón de leucograma de estrés. Sin embargo, observar la morfología de los leucocitos puede aportar mucha información. Puede confirmar los resultados cuantitativos del leucograma, pero para mí lo más valioso es su capacidad para identificar los cambios inflamatorios más agudos y tempranos en un paciente: la presencia de neutrófilos en banda. Encontrar bandas en la morfología sanguínea de un paciente es como poner inmediatamente un foco de atención sobre él. Estos resultados sugieren que profundicemos rápidamente para encontrar el origen de la inflamación aguda mediante pruebas adicionales.
Por último, no podemos olvidar evaluar las plaquetas de nuestro paciente. Podemos utilizar nuestros analizadores hematológicos para identificar ciertas variables, como el tipo de raza y la aglutinación, pero los veterinarios aún pueden querer una confirmación adicional. La utilización de un frotis sanguíneo o una evaluación citológica digital nos ayuda a validar nuestra cifra cuantitativa y a buscar disminuciones sutiles que pueden indicar la necesidad de investigar enfermedades infecciosas y rickettsiales. Toda esta información morfológica conduce a un objetivo: la detección precoz de la enfermedad para un mejor resultado potencial y pronóstico.
Seguimiento del tratamiento y del estado general de salud
Un hemograma con resultados pareados de morfología sanguínea también puede ser valioso a la hora de evaluar la eficacia del tratamiento de enfermedades agudas y crónicas. Los propietarios de mascotas tienen mucho que invertir en el éxito del tratamiento de estos pacientes. Es útil poder demostrarles que el tratamiento funciona.
El hemograma para evaluar el estado de salud general y los análisis de sangre asociados también puede evaluar la función general de los órganos, además del estado de salud general, especialmente cuando los resultados son rutinarios. Cuando esto ocurre, ¡podemos dar buenas noticias! Este puede ser un mensaje poderoso para la tranquilidad del dueño de una mascota.
Por último, orientar las expectativas del propietario de una mascota, incluido el pronóstico, no siempre es rápido y fácil, pero nuestro papel en la comunicación en la sala de exploración incluye proporcionar tantos datos objetivos como sea posible para ayudarles a tomar las decisiones más informadas. Esto significa poder compartir información que ayudó a determinar la gravedad de la enfermedad o afección del paciente, u otras causas subyacentes que puedan identificarse o apuntar hacia pruebas diagnósticas específicas adicionales.
El hemograma es una de las pruebas diagnósticas más potentes para los exámenes de enfermedad y salud general. Sin embargo, si nos basamos exclusivamente en los resultados cuantitativos, pasaremos por alto detalles cruciales que sólo son visibles a través de los resultados de la morfología sanguínea. Un hemograma emparejado con resultados de morfología sanguínea nos da el poder de diagnosticar, monitorizar y manejar varias condiciones de salud animal y ayudar objetivamente a predecir el pronóstico del paciente con mayor precisión.