La importancia de las pruebas serológicas anuales de Leishmania en perros

La leishmaniosis canina es una enfermedad de prevalencia zoonótica, transmitida por vectores, y endémica en España, Grecia, Italia, Portugal y el sur de Francia, aunque puede encontrarse en toda Europa, ya que los perros viajan y se dan en adopción desde las regiones endémicas, llegando a afectar a 2,5 millones de perros. Se considera una enfermedad grave que puede causar trastornos generales como astenia, pérdida de peso, atrofia muscular y nódulos linfáticos con un tamaño aumentado, así como lesiones en la piel. Los casos clínicos que presentan una sintomatología más grave se asocian con lesiones oculares, poliartritis, vasculitis y glomerulonefritis. La leishmaniosis puede causar la muerte si no se trata adecuadamente.

Es importante realizar un cribado anual de Leishmania y vacunar a los animales para evitar la transmisión de la enfermedad; además, el diagnóstico temprano permite a los veterinarios intervenir adecuadamente y evitar que se convierta en una enfermedad grave. Por lo tanto, es necesario diferenciar los métodos de diagnóstico empleados en los animales sanos que vivan en zonas endémicas o que hayan viajado a estas zonas de los métodos empleados en los animales enfermos con sospecha clínica de leishmaniosis canina.

  SNAP Leishmania. Fácil de leer, incluso cuando se utilizan muestras de sangre completa.

La serología debe ser el primer paso en el diagnóstico de la leishmaniosis canina, ya que permite evaluar la presencia de anticuerpos específicos presentes en el suero del perro, habitualmente inmunoglobulina G (IgG) contra Leishmania, un indicador de la respuesta inmune humoral contra este parásito.

Pruebas previas a la vacunación

En Europa, actualmente solo hay una vacuna disponible contra la leishmaniosis canina que, aunque no evita el contagio, sí que ha demostrado reducir el riesgo de desarrollar una infección activa o una enfermedad clínica tras la exposición a Leishmania infantum.

Los fabricantes de esta vacuna recomiendan realizar pruebas a los perros antes de su vacunación, ya que solo está indicada para perros seronegativos sanos. Se recomienda una dosis de refuerzo anual de la vacuna. Por lo tanto, es necesario comprobar el estado serológico de los perros cada año antes de la dosis de refuerzo, para determinar si —desde su última visita— se han contagiado durante el período en el que está activo el flebótomo.

Hasta el momento, no hay suficientes pruebas científicas sobre la seguridad de usar esta vacuna en perros seropositivos, aunque, según la Agencia Europea del Medicamento (EMA), es obligatorio administrar esta vacuna solo a perros seronegativos.

Serología: el primer paso

En animales sanos, se aconseja realizar un análisis serológico al menos tres meses después del final de la temporada activa del flebótomo —el insecto responsable del contagio también conocido como moscas de arena— con el fin de detectar la presencia de anticuerpos contra Leishmania spp. Este control serológico anual puede ser decisivo a la hora de establecer un diagnóstico precoz.

En perros con sospecha clínica de leishmaniosis canina, el diagnóstico deberá hacerse recomendando la integración de un diagnóstico clínico (signos clínicos y anomalías de laboratorio, incl. análisis de orina), con el historial epidemiológico (si vive en o viaja a una zona endémica, estilo de vida, uso habitual de antiparasitarios externos), junto con técnicas serológicas y parasitológicas (pruebas de la existencia del parásito con citología o biopsia de los órganos en cuestión, o detección de ADN mediante técnicas moleculares).

Los métodos serológicos cualitativos más empleados están basados en el ensayo inmunoabsorbente in vitro ligado a enzimas (ELISA) o en técnicas inmunocromatográficas. Estas pruebas rápidas nos permiten clasificar una muestra como negativa o positiva. En caso de seropositividad, será necesario recurrir a una técnica serológica cuantitativa, que puede ser el ensayo de inmunofluorescencia indirecta (IFAT) o el ensayo ELISA cuantitativo. En ambos casos, el resultado es cuantificable, bien con un nivel de anticuerpos finales (IFAT) o bien con una densidad óptica determinada expresada en puntos o unidades (ELISA).

Infección vs. enfermedad

En las infecciones experimentales, el período entre la infección primaria y la seroconversión varía de uno a seis meses. En comparación, durante una infección natural, la seroconversión puede tardar unos cinco meses —aunque este período puede ser mayor o menor— o, incluso, puede no producirse nunca. La evaluación de la seroconversión puede resultar interesante en caso de que se encuentren niveles dudosos de anticuerpos en un control anual de leishmaniosis en perros sanos o enfermos. No obstante, si se detecta un nivel dudoso de anticuerpos en un perro enfermo, aunque se busque la seroconversión en un segundo análisis, se recomienda usar otras técnicas complementarias de detección del parásito que puedan ayudar a obtener cuanto antes un diagnóstico definitivo.

La mayoría de los perros enfermos muestran un notable aumento en los niveles de anticuerpos a lo largo del tiempo, mientras que después del tratamiento específico, dichos pacientes presentan una clara reducción en los niveles de anticuerpos. Sin embargo, los perros con infecciones subclínicas suelen ser seronegativos o suelen tener unos niveles bajos de anticuerpos contra Leishmania, por lo que la infección puede pasarse por alto cuando solo se emplea la serología. En la práctica, el objetivo principal es diferenciar cuanto antes un perro enfermo de uno con una infección subclínica.

La detección serológica de una infección específica de Leishmania en perros se reconoce, por lo general, como un indicador centinela de riesgo regional de la enfermedad para humanos. Por lo tanto, el cribado exhaustivo en perros tiene una importancia diagnóstica para los veterinarios y epidemiológica para la salud pública, debido a la susceptibilidad de los humanos frente al contagio de esta enfermedad.

Guadalupe Miro
DVM, PhD, Dipl. EVPC

Catedrática del Dpto. De Sanidad Animal (Facultad de Veterinaria d Madrid, UCM). Diplomada por el Colegio Europeo de Veterinarios Parasitólogos. Responsable de la Consulta de Infecciosas y Parasitarias del Hospital Clínico Veterinario de Madrid (UCM). Miembro fundador y Presidenta saliente de LeishVet (www.leishvet.org). Miembro fundador de ESCCAP (Consejo Europeo para el Control de Parásitos en Animales de Compañía) y Presidenta de ESCCAP España. Directora del laboratorio de investigación y diagnóstico Pet Parasite Lab (www.petparasitelab.com) de la UCM.