Diagnóstico de las lesiones renales en animales de compañía
La lesión renal aguda representa aproximadamente un tercio de los casos renales, pero hasta hace poco, su detección y diagnóstico precoces han resultado difíciles6. Ahora sabemos que cuando se produce y las células epiteliales tubulares renales se lesionan o destruyen, liberan en la orina una proteína intracelular denominada cistatina B. La cistatina B se ha identificado como un biomarcador de lesión renal y uno que podemos medir para la detección de lesiones en nuestros pacientes24.
A medida que profundizamos en la lesión renal, es importante comprender que existe un amplio espectro de lesiones renales que van de subclínicas a graves. Podemos clasificar estas lesiones en cuatro tipos que van desde un acontecimiento único, leve y subclínico hasta la forma más grave que provoca la progresión de la enfermedad renal crónica42.
Evento único, leve, subclínico
Los acontecimientos subclínicos transitorios y aislados en la vida de un paciente pueden causar una lesión renal leve. Por desgracia, como indica la descripción, a menudo son fugaces o, peor aún, pasan desapercibidos, por lo que pueden no desencadenar inmediatamente la necesidad de un diagnóstico. Los acontecimientos leves como la deshidratación temporal, la fiebre o una ingesta nutricional inadecuada pueden no afectar permanentemente a la función. Aun así, como clínicos, necesitamos los datos objetivos del diagnóstico para descartar la necesidad de más pruebas y orientar el pronóstico y los planes de tratamiento en curso.
Lesión leve en curso
Otras mascotas pueden tener una lesión renal leve en curso que permanece sin diagnosticar. Por ejemplo, algunos pacientes pueden tener hipertensión no detectada o no controlada, ya sea como entidad primaria o secundaria a una enfermedad crónica como la diabetes mellitus o el hiperadrenocorticismo. Los gatos y los perros también pueden sufrir lesiones renales leves que acaben afectando a la función por el uso de medicamentos como los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), los aminoglucósidos y los agentes quimioterapéuticos. Sin embargo, otro grupo de pacientes con riesgo de lesiones leves continuas son los que padecen enfermedades infecciosas causadas por organismos virales, bacterianos y fúngicos, así como enfermedades transmitidas por vectores como la ehrlichiosis y la enfermedad del gusano del corazón. Aunque es posible que estas afecciones no causen daños inmediatos, con el tiempo pueden disminuir la función renal. La detección precoz de estas causas de lesión leve puede ayudar a identificar posibles terapias y conducir potencialmente a la resolución para los riñones y otros sistemas de órganos principales.
Lesión renal aguda
Un ejemplo común de lesión renal aguda es la exposición a toxinas. Por desgracia, los veterinarios ven con frecuencia pacientes que han estado expuestos o han ingerido etilenglicol, uvas o pasas, vitamina D, productos de limpieza y lirios, y, hasta hace poco, sólo han podido detectar la enfermedad activa en fases más avanzadas. Aunque estas lesiones renales agudas pueden ser graves y afectar a la función, algunas pueden resolverse con un tratamiento adecuado. La detección precoz de la lesión de las células epiteliales tubulares renales con o sin cambios en los marcadores funcionales mediante la prueba de la cistatina B ofrece la oportunidad de intervenir y, potencialmente, cambiar el pronóstico de los pacientes que han sufrido una lesión renal43,44.
Insuficiencia renal crónica progresiva
El último grupo de pacientes ya tiene alterada la función renal, pues se les ha diagnosticado previamente una enfermedad renal crónica. Sin embargo, cuando estos pacientes desarrollan una infección no detectada, experimentan fluctuaciones de la presión arterial que dan lugar a hipo o hipertensión, o están expuestos a medicación que puede dañar los riñones, puede producirse una lesión renal que agrave este deterioro a través de una progresión de la enfermedad. Aunque los pacientes con enfermedad renal crónica sufren alteraciones de la función que no pueden revertirse, la identificación y el tratamiento precoces de la lesión renal concurrente pueden ayudar a ralentizar la progresión. Esto es sumamente importante no sólo para la cantidad, sino también para la calidad de vida del paciente46.
El control de la salud renal de los animales de compañía requiere un seguimiento frecuente, diagnósticos y, cuando sea posible, una intervención precoz para ralentizar su progresión. La detección precoz y la intervención son elementos clave en la gestión de la salud renal de estas mascotas. Añadir diagnósticos para la detección de lesiones renales a los análisis habituales de sangre y orina ofrece a los veterinarios la oportunidad de una detección precoz y mejores resultados del tratamiento. Con un seguimiento rutinario, los veterinarios pueden tomar medidas proactivas para abordar los cambios en el estado renal del paciente.
Referencias: https://www.thevetiverse.com/en/latest/sdma-references/