

Parásitos fecales en las mascotas 101
Los parásitos gastrointestinales en los animales de compañía provocan la eliminación de heces de formas parasitarias que contaminan el medio ambiente y pueden transmitirse. Otros animales de la misma especie e incluso los humanos pueden verse afectados, lo que supone un riesgo tanto para la salud de las mascotas como para la salud pública.
Educar a los dueños de mascotas en la realización periódica de pruebas para endoparásitos (pruebas fecales) puede ayudar a detectar antes los parásitos, lo que puede significar un tratamiento más temprano y mejores resultados, reforzando la estrategia "Una sola salud", que consiste en conectar la salud humana con la salud animal y nuestro entorno compartido. Esto es lo que debe saber sobre los parásitos fecales para poder comunicarse eficazmente con sus clientes.
¿Cuáles son los parásitos fecales más comunes en Europa?
Puede sorprender la alta prevalencia de endoparásitos en animales de compañía aparentemente sanos. En un estudio realizado en zonas de parques de Madrid, España, el parásito más frecuente encontrado en las muestras de suelo examinadas fue Toxocara spp. (16,4%), seguido de Giardia sp. (4,5%) y larvas de Strongyloides sp. (3%).
En general, los ascáridos son los nematodos intestinales más comunes que infestan a los perros, principalmente a los cachorros. En 26 países europeos estudiados durante los últimos 25 años, la prevalencia de infecciones patentes por Toxocara en perros y gatos con propietario muestra una prevalencia media del 11,2% y el 15,1%, respectivamente.
¿Cuáles son los riesgos para la salud asociados a los parásitos fecales?
Los signos clínicos de las infecciones por parásitos gastrointestinales en los animales de compañía pueden variar en función de la especie del parásito, la presencia de varias especies, su abundancia y factores del huésped como la edad y el estado inmunológico. Los signos clínicos más frecuentes son vómitos, diarrea, obstrucción intestinal, anorexia, pérdida de peso o reacciones inmunológicas.
Giardia duodenalis y Cryptosporidium spp.
Giardia duodenalis y Cryptosporidium spp. son protozoos entéricos que pueden causar diarrea en perros y gatos de compañía, afectando sobre todo a animales jóvenes.
Toxoplasma gondii
Toxoplasma gondii tiene una distribución mundial, y sólo los félidos actúan como hospedadores definitivos, mientras que otros mamíferos, incluidos los humanos, actúan como hospedadores intermediarios. Las infecciones por T. gondii pueden presentar signos inespecíficos: fiebre, anorexia, dolor abdominal, disnea, uveítis o trastornos del sistema nervioso central.
Toxocara canis y T. cati
Los cachorros y los gatitos son los más susceptibles a la infección por T. canis y T. cati respectivamente, con una fuerte carga de larvas migratorias que pueden causar signos respiratorios, diarrea, anorexia y mal estado general.
Ancylostoma caninum, Uncinaria stenocephala y A. tubaeforme
Los anquilostomas suelen producir signos gastrointestinales y anemia. Con A. caninum y A. tubaeforme, la diarrea puede contener sangre.
Strongyloides stercolaris
La infección por Strongyloides stercolaris en perros puede ser asintomática o inducir signos clínicos gastroentéricos, especialmente en cachorros. También se han observado manifestaciones respiratorias y cutáneas.
Echinococcus granulosus y E. multilocularis
Echinococcus granulosus y E. multilocularis pueden considerarse las tenias zoonóticas más relevantes. En los carnívoros (el huésped definitivo), las tenias adultas se adhieren a las paredes intestinales. En el huésped intermediario, que puede ser prácticamente cualquier mamífero, forman quistes en diferentes órganos.
¿Qué pueden hacer los veterinarios?
Es imprescindible conocer los factores de riesgo asociados a las infecciones por endoparásitos en los animales de compañía. La libertad de deambulación, el contacto con animales domésticos y salvajes externos, la ingestión de heces y los hábitos de caza son esenciales para diseñar los protocolos de desparasitación. Basándose en estos factores de riesgo, la ESCCAP Europea ha publicado un diagrama de flujo para ayudar a los veterinarios a establecer una frecuencia de desparasitación en perros y gatos en función de los distintos grupos de riesgo.
Cuando se diagnostica una infección endoparásita específica, el veterinario debe prescribir el tratamiento adecuado para eliminar la infestación actual y reducir el riesgo de reinfestación. Existen tratamientos antiparasitarios tópicos y orales en función de la infección. A continuación, deben establecerse estrategias de control ambiental, seguimiento y prevención.
Las medidas preventivas pueden reducir considerablemente el riesgo de infección, sin embargo, pueden no ser suficientes debido a la falta de cumplimiento por parte del propietario, el aumento de la prevalencia y la resistencia de las formas parasitarias en el medio ambiente, así como el hacinamiento de los animales en los refugios. Por ello, las técnicas de diagnóstico deben realizarse de forma rutinaria en la consulta, incluyendo la flotación fecal y la técnica de Baermann. En los laboratorios de referencia pueden realizarse métodos más específicos, como las pruebas de antígenos fecales. Las pruebas de antígenos fecales permiten a los facultativos identificar una mayor proporción de pruebas positivas que una flotación fecal, la cual se ha visto que no detecta algunas infecciones parasitarias debido a la ausencia de huevos, ooquistes y proglótidos durante la infección unisexuales y a la excreción intermitente de formas parasitarias.
Repercusiones de los parásitos fecales en la salud pública
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) define las zoonosis como enfermedades compartidas entre animales y personas. Los estrechos lazos entre humanos y animales han dado lugar a rutinas de higiene menos estrictas, como permitir que las mascotas suban a la cama, dejar que las mascotas laman la cara o las manos de sus dueños, o incluso mordeduras o arañazos accidentales, lo que provoca un aumento potencial de la propagación de parásitos zoonóticos de mascota a dueño. La transmisión de parásitos a los propietarios de animales de compañía puede tener graves consecuencias para la salud pública.
La toxoplasmosis, una infección por Toxoplasma gondii, se da en todo el mundo y se considera una de las zoonosis parasitarias de transmisión alimentaria más importantes. Además, un estudio reciente en Italia informó de una seropositividad del 42,9% y el 21,8% en gatos y perros, respectivamente. Los grupos inmunodeprimidos, como los enfermos de VIH/SIDA o los sometidos a quimioterapia, pueden sufrir graves consecuencias, como problemas neurológicos y oculares, si se infectan. Las mujeres embarazadas, aunque no experimenten síntomas, pueden transmitir la infección al feto, provocando abortos o malformaciones graves que afectan a los ojos y el cerebro del niño.
Entre los nematodos, deberíamos estar familiarizados con las repercusiones en la salud pública de uno de los más prevalentes (especialmente en cachorros), Toxocara spp. La ingestión oral de huevos larvados infecciosos de T. canis puede causar larva migrans visceral y ocular, debido a la migración somática errática de las larvas.
S. stercoralis es otro parásito emergente en Europa. En el ser humano, la enfermedad suele ser crónica asintomática, pero las personas inmunodeprimidas pueden sufrir una diseminación visceral, una afección conocida como estrongiloidiasis diseminada, que a menudo acaba en muerte.
Dos tenias importantes a tener en cuenta son Echinococcus granulosus, causante de la hidatidosis, y E. multilocularis, responsable de la hidatidosis alveolar. El modo más común de transmisión al ser humano es la ingestión accidental de agua o alimentos contaminados con huevos de tenia. Según el ECDC , en 2022, 27 países europeos notificaron casos de equinococosis, lo que evidencia un resurgimiento progresivo.
La legislación de la UE ha llevado la preocupación por la salud pública un paso más allá y exige que los perros procedentes de zonas donde E. multilocularis es endémico reciban un tratamiento antiparasitario antes de entrar en países donde este parásito no está presente.
La importancia de la detección de parásitos fecales
La concienciación sobre los parásitos de los animales de compañía y sus implicaciones desde la perspectiva de Una Sola Salud es crucial, y es nuestro papel como profesionales veterinarios promover la tenencia responsable de mascotas, incluyendo revisiones veterinarias periódicas, desparasitación y eliminación adecuada de residuos. Las campañas de concienciación pública sobre la realización periódica de pruebas fecales pueden ayudar a detectar antes los endoparásitos, administrar antes los tratamientos y obtener mejores resultados que protejan el bienestar animal y humano.