Aumento de las enfermedades caninas transmitidas por vectores en Europa
Las enfermedades caninas transmitidas por vectores (CVBD) se están convirtiendo en una amenaza importante en Europa, con riesgos no sólo para los animales de compañía, sino también para los seres humanos. Con los efectos del cambio climático, el aumento de los viajes y la adaptación de los vectores a nuevos hábitats, la prevalencia de estas enfermedades ha aumentado.
Analicemos en profundidad las razones de este aumento, los riesgos que plantean las enfermedades caninas transmitidas por vectores y el papel fundamental que, como veterinarios, debemos desempeñar para hacer frente a este creciente desafío.
Los riesgos de las CVBD
Las CVBD son transmitidas por diversos vectores, como garrapatas, pulgas, moscas de la arena y mosquitos. Estos vectores pueden ser portadores de diversos agentes patógenos, causantes de enfermedades que afectan a los perros y, en algunos casos, a los seres humanos.
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La enfermedad de Lyme, causada por Borrelia burgdorferi y transmitida por garrapatas, es una de las enfermedades caninas transmitidas por vectores más conocidas y con potencial zoonótico, lo que supone un riesgo para el ser humano. Otras enfermedades importantes son la leishmaniasis, transmitida por el felobotomo mosca de la arena, y la enfermedad del gusano del corazón, transmitida por mosquitos.
El aumento de estas enfermedades tiene implicaciones directas para la salud de los animales de compañía, ya que pueden provocar enfermedades graves, afecciones crónicas e incluso la muerte si no se tratan adecuadamente. Además, el carácter zoonótico de algunas CVBD aumenta el riesgo para el ser humano, lo que exige una mayor vigilancia y medidas de prevención.
¿Por qué aumentan las CVBD en Europa?
La creciente prevalencia de las CVBD en Europa puede atribuirse a varios factores:
- El cambio climático: Las temperaturas más cálidas y los cambios en los patrones climáticos crean condiciones favorables para que prosperen los vectores. Las estaciones cálidas prolongadas y los inviernos más suaves permiten que las garrapatas y otros vectores permanezcan activos durante periodos más largos, lo que aumenta sus posibilidades de propagar enfermedades.
- Aumento de los viajes y de la importación de animales domésticos: Al aumentar el número de personas que viajan y se trasladan con sus mascotas, los vectores y sus huéspedes se introducen en nuevas zonas, lo que permite que las enfermedades se propaguen a regiones que antes no estaban afectadas.
- Nuevos hábitats: La urbanización y el cambio de uso del suelo pueden crear nuevos hábitats para los vectores. Por ejemplo, la deforestación y la urbanización de la tierra pueden poner a los vectores en contacto más estrecho con las poblaciones humanas y los animales domésticos.
Estos factores contribuyen a la propagación de enfermedades como la enfermedad de Lyme, la leishmaniosis y la enfermedad del gusano del corazón, entre otras, lo que supone una mayor carga para las prácticas veterinarias y los sistemas de salud pública.
Nuestro papel como veterinarios en la lucha contra las CVBD
Los veterinarios desempeñan un papel fundamental en la lucha contra el aumento de las enfermedades CVBD. He aquí algunas estrategias esenciales que podemos aplicar para ayudar a controlar y prevenir estas enfermedades:
1. Hacer hincapié en las medidas preventivas
Las medidas preventivas son la primera línea de defensa contra las CVBD. Como veterinarios, debemos aconsejar a los propietarios de mascotas a utilizar parasiticidas con regularidad para proteger a sus perros de garrapatas, pulgas y otros vectores. Las vacunas contra enfermedades como la enfermedad de Lyme y la leishmaniosis pueden proporcionar una protección adicional.
2. Educar a los dueños de mascotas
La educación es clave para la prevención. Debemos informar a los propietarios de animales de compañía sobre los riesgos de la CVBD, los signos y síntomas a los que deben estar atentos y la importancia de las medidas preventivas. Las revisiones periódicas y la detección precoz pueden evitar desenlaces graves.
3. Realizar pruebas y diagnósticos proactivos
Las revisiones rutinarias como parte de los exámenes de bienestar ayudan a detectar precozmente las enfermedades CVBD. Se debe animar a los propietarios de animales de compañía que hayan importado o viajado con ellos a que los examinen cuando regresen de países europeos, ya que muchas de estas enfermedades presentan signos diversos e inespecíficos o son asintomáticas, lo que dificulta el diagnóstico definitivo.
Como veterinarios, debemos utilizar pruebas de diagnóstico para confirmar cualquier caso sospechoso y garantizar un tratamiento rápido. Los hallazgos de este estudio de 2022 publicado en Parasites & Vectors, que representa el mayor conjunto de datos sobre seropositividad a la CVBD en Europa hasta la fecha, pueden ayudar a informar a los veterinarios de los resultados en su geografía y pueden ayudar a mejorar la prevención de estas importantes enfermedades clínicas y zoonóticas.
4. Participar en programas de vigilancia
Los programas de vigilancia desempeñan un papel crucial en el seguimiento de la prevalencia de las enfermedades CVBD en diferentes regiones. Al participar en estos programas y notificar los casos a las autoridades pertinentes, podemos contribuir a la comprensión de la epidemiología de estas enfermedades. Esta información es valiosa para aplicar medidas de control específicas y sensibilizar a la comunidad en general.
5. Colaborar con otras partes interesadas
Se hace necesaria la colaboración con las autoridades de salud pública, las organizaciones veterinarias, las instituciones de investigación y otras partes interesadas. Esta colaboración fomenta el intercambio de conocimientos, la investigación y los esfuerzos coordinados para controlar la propagación de las enfermedades CVBD.
La aplicación de estas estrategias puede tener un impacto significativo en el control de las CVBD, garantizando la salud y la seguridad de los perros y reduciendo los riesgos para las personas. La creciente amenaza de los CVBD exige un esfuerzo concertado para hacer frente a este reto cada vez mayor, y como veterinarios, estamos a la vanguardia de esta misión crítica.