Todo lo que los veterinarios deben saber sobre las lesiones renales en perros y gatos

Las lesiones renales pueden deberse a diversas causas y son frecuentes en animales de compañía, incluidos perros y gatos. Si no se diagnostica, la lesión renal puede provocar daños renales duraderos. La lesión renal aguda (LRA), que representa aproximadamente un tercio de los casos renales6, se refiere al daño renal de aparición súbita con o sin pérdida de función reconocible. Los efectos de la LRA pueden variar desde una lesión leve de las nefronas hasta un fallo grave y potencialmente mortal de las funciones excretoras, metabólicas y endocrinas de los riñones.

A continuación se explica cómo la lesión renal puede provocar cambios en la función renal, empezando por las causas, fases y signos de la LRA, y cómo evaluar la salud renal tras una LRA.

Lesión renal frente a función renal

La tasa de filtración glomerular (TFG) se utiliza con mayor precisión para medir la función renal. Los veterinarios miden marcadores sustitutivos, como la dimetilarginina simétrica (SDMA), la creatinina y el nitrógeno ureico en sangre (BUN), para facilitar la evaluación. La medición de la función renal es similar a la medición de la función hepática, y los veterinarios utilizan indicadores de la función como los ácidos biliares, la glucosa, la albúmina y el BUN. Cuando se produce una lesión o destrucción de las células hepáticas, los niveles de alanina aminotransferasa (ALT) aumentan, alertando al veterinario del problema.

Cuando las células epiteliales tubulares renales se lesionan o destruyen, liberan en la orina una proteína intracelular denominada "cistatina B". La cistatina B se ha identificado como un biomarcador de lesión renal24 y, dado que aún no se dispone comercialmente de una prueba de lesión renal para su uso en pacientes veterinarios, los veterinarios deben confiar únicamente en los marcadores funcionales para determinar si se ha producido una lesión. Sin embargo, la función renal proporciona una imagen incompleta; la lesión renal puede ser subclínica o producirse antes de que los cambios en los marcadores funcionales se hagan evidentes. Las concentraciones de cistatina B42 en orina pueden proporcionar una oportunidad para identificar la lesión renal con independencia de los cambios en los marcadores funcionales43-44.

Posibles causas de lesiones renales en animales de compañía

Prerrenal

Las causas prerrenales se refieren a afecciones que afectan al flujo sanguíneo ascendente hacia el riñón. Por ejemplo, deshidratación, hemorragia, anestesia prolongada, insuficiencia cardiaca congestiva (ICC), insolación, síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS)/síndrome de disfunción multiorgánica (SDMO) y disminución de la perfusión renal causada por dilatación gástrica y vólvulo (VDG).

Renal

Las causas renales se refieren a lesiones que afectan directamente a los riñones y pueden clasificarse a su vez en:

  • Las causas infecciosas incluyen la leptospirosis, la ehrlichiosis, la enfermedad de Lyme y la sepsis.
  • Las causas no infecciosas incluyen neoplasias, traumatismos, fármacos (como antiinflamatorios no esteroideos [AINE], fármacos quimioterapéuticos y aminoglucósidos) y toxinas (como etilenglicol, lirios en gatos, uvas/pasas y vitamina D).

Postrenal

El término "postrenal" hace referencia a causas posteriores al riñón, como la obstrucción urinaria provocada por problemas como tapones uretrales, urolitiasis, estenosis uretral o neoplasia.

Fisiopatología: Lesión renal aguda en animales de compañía

La lesión renal aguda suele referirse a un acontecimiento repentino y grave que implica daño celular renal y necrosis, lo que provoca una disminución brusca de la tasa de filtración renal. Una lesión renal aguda (LRA) progresa a través de cuatro fases de laenfermedad42.

  1. Iniciación
  2. Extensión
  3. Mantenimiento
  4. Recuperación

Fase de iniciación

La fase de iniciación se produce durante o inmediatamente después de una lesión renal. En este momento, el TFG disminuye, pero no suele haber signos clínicos evidentes de LRA. Si la causa de la lesión puede identificarse y eliminarse durante esta fase, puede evitarse una mayor progresión de la enfermedad.

Fase de extensión

En la fase de extensión, la hipoxia, la isquemia y una respuesta inflamatoria continua resultan en una agresión continua al riñón. Durante esta fase, el TFG sigue disminuyendo a medida que las células tubulares renales sufren apoptosis y necrosis. Se cree que esta fase dura entre uno y dos días.

Fase de mantenimiento

Durante la fase de mantenimiento, la TFG se estabiliza a medida que mejora el flujo sanguíneo renal y comienza la reparación celular. Puede producirse azotemia y posibles complicaciones urémicas, como vómitos, diarrea y poliuria/polidipsia, lo que explica por qué la LRA suele diagnosticarse durante esta fase.

Fase de recuperación

La fase final de la LRA puede durar meses o años mientras se produce la reparación celular y mejora la TFG, aunque raramente hasta alcanzar el valor basal previo a la lesión inicial. Dependiendo de la gravedad de la lesión, puede producirse fibrosis que lleve al paciente a desarrollar una enfermedad renal crónica. Evitar lesiones adicionales durante este periodo es fundamental para prevenir una recaída o un mayor deterioro funcional.

Signos clínicos

Los signos clínicos suelen estar ausentes durante las fases de iniciación y extensión. Cuando los signos empiezan a manifestarse, suelen ser inespecíficos y pueden incluir letargo, vómitos, diarrea y anorexia. También puede notificarse oliguria, anuria o poliuria. Si un paciente es poliúrico, también puede presentar polidipsia compensatoria. En casos graves, pueden producirse convulsiones. Los hallazgos de la exploración física no suelen ser específicos de la LRA y pueden incluir deshidratación, halitosis, bradicardia e inyección esclerótica. También pueden apreciarse riñones agrandados y dolorosos.

Detección precoz

La detección precoz de la lesión renal es fundamental para facilitar una intervención adecuada que detenga o minimice el daño de las células tubulares renales. La detección es difícil porque los signos clínicos y los cambios de laboratorio en valores funcionales como SDMA y creatinina no suelen producirse hasta la fase de mantenimiento de la lesión renal, cuando ya se ha producido un daño renal significativo42. Si la lesión se identifica en las fases de iniciación o extensión, es posible que mejore el pronóstico, por lo que un nuevo marcador de lesión, como la cistatina B, sería extremadamente útil. Con esta información, los clínicos podrán ofrecer un tratamiento más oportuno y eficaz que mejore el pronóstico de los perros y gatos con lesiones renales.

Evaluación de la salud renal

Lo ideal sería que una evaluación exhaustiva de la salud renal de un paciente incluyera la función renal, la evaluación de la lesión renal y un seguimiento continuo, de modo que el plan de tratamiento pueda ajustarse a medida que cambie el estado del paciente. Los biomarcadores renales relevantes incluyen:

  • Proteinuria. El aumento de la filtración de macromoléculas (es decir, predominantemente albúmina) a través del glomérulo da lugar a proteinuria. La proteinuria persistente en ausencia de enfermedad del tracto urinario inferior o reproductor suele indicar daño o disfunción renal.
  • TFG La TFG es la forma más precisa de evaluar la función renal, pero el procedimiento es laborioso, lento y poco práctico en la práctica clínica diaria.
  • Creatinina. La creatinina es el biomarcador indirecto de la función renal más utilizado, pero los niveles de creatinina no aumentan hasta que se ha perdido el 75% de la función renal1,2,5.
  • SDMA. El SDMA indica el deterioro de la función renal antes que otros biomarcadores, aumentando de media con una pérdida de función renal del 40% y con tan sólo una pérdida de función del 25%1,2,5.
  • Cistatina B. Una vez disponible, una prueba de cistatina B puede detectar la lesión de las células epiteliales tubulares renales con o sin cambios en los marcadores funcionales43,44, lo que ofrece la oportunidad de intervenir y potencialmente cambiar el resultado de los pacientes que han sufrido una lesión renal.

Las lesiones renales pueden ser leves, con pocos o ningún signo clínico, o graves, con pérdida total de la función. La detección e intervención tempranas son esenciales para ofrecer el mejor pronóstico a los perros y gatos que sufren lesiones renales. Las pruebas de diagnóstico de la cistatina B pueden mejorar y ampliar aún más la atención que los veterinarios pueden prestar a sus pacientes.

Angela Beal
DVM

Angela Beal es veterinaria en Columbus (Ohio, EEUU), disfruta aprovechando su pasión por la escritura para ayudar a los veterinarios a vivir vidas más plenas, contribuyendo a que la vida de la clínica sea más eficiente y menos estresante. Angela tiene experiencia en clínicas privadas y en el mundo académico y trabaja desde 2020 a tiempo completo con Rumpus Writing and Editing, una empresa de redacción y edición de contenidos especializada en veterinaria. Los clientes de Rumpus son clínicas veterinarias y socios comerciales, como empresas de marketing, empresas nacionales, consultores y varias empresas internacionales. Para saber más, visite rumpuswriting.com. Este artículo refleja los puntos de vista y las opiniones de sus autores, que no coinciden necesariamente con los puntos de vista de The Vetiverse o de IDEXX.