

Cómo estadificar y tratar el FelV y el FIV, y qué decir a los clientes tras el diagnóstico
Los retrovirus felinos comunes, el virus de la leucemia felina (FeLV) y el virus de la inmunodeficiencia felina (FIV), son enfermedades infecciosas que afectan a los gatos y se encuentran en todo el mundo. Aunque la prevalencia varía según el lugar, todos los veterinarios deben ser conscientes de la posibilidad de infección en sus pacientes felinos y estar versados en cómo comunicar los detalles de los virus a sus clientes.
Aunque el FelV y el FIV se suelen agrupar, son enfermedades muy diferentes y deben tratarse como tales. Tienen algunas similitudes generales, en el sentido de que ambos afectan a la capacidad del gato para tener respuestas inmunitarias eficaces y pueden contribuir a la aparición de enfermedades crónicas.
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Esto es lo que hay que saber sobre los virus y lo que hay que comunicar a los clientes.
Transmisión de virus
El FeLV se transmite a través del contacto estrecho entre gatos a lo largo del tiempo y suele denominarse el virus más "amistoso". La infección oronasal es la más común, aunque también es posible la transmisión a través de heridas por mordedura. El FeLV puede transmitirse horizontalmente al acicalarse y compartir platos o verticalmente de la madre a los gatitos al amamantarlos o acicalarlos. Los gatos más jóvenes son los más susceptibles al FeLV, pero cualquier gato puede infectarse.
El FIV, en cambio, podría considerarse el virus "antipático", ya que se transmite casi exclusivamente de forma horizontal a través de las heridas de las peleas. Los signos clínicos de tanto del FeLV como del FIV tienden a ser vagos o a estar ausentes al principio de la enfermedad. Los síntomas más graves de estomatitis, inmunosupresión o neoplasia se presentan más tarde en el curso de la infección.
Para ambos retrovirus, el pronóstico varía, pero el FIV tiende a tener un pronóstico más favorable que el FeLV, dependiendo del estadio de la infección por FeLV. Un diagnóstico preciso de la infección retrovírica ayudará a definir las expectativas para el gato y el cliente y permitirá realizar las intervenciones del entorno y médicas necesarias. Considere la posibilidad de proporcionar a sus clientes material educativo sobre estas infecciones tanto durante un examen rutinario de bienestar animal -para que el cliente sepa a qué debe prestar atención- como después del diagnóstico.
Estadiaje del FeLV
Cuando los gatos están expuestos al FeLV, lo que ocurre a continuación depende del sistema inmunitario del gato y de la potencia y el volumen de la carga virémica. Las respuestas y los resultados suelen clasificarse (o estadiarse) como infecciones abortivas, progresivas o regresivas. Tras el diagnóstico, comparta el estadio del gato con el cliente para que sepa qué esperar.
Las infecciones abortivas pueden ser más frecuentes de lo que se cree. Los gatos con infecciones abortivas tendrán anticuerpos contra el FeLV, pero darán negativo en las pruebas de antígeno, ADN y ARN del virus. En pocas palabras, estos gatos han estado expuestos y han montado una respuesta al virus, y luego han eliminado la infección.
Las infecciones progresivas son más agresivas y se deben a una respuesta inmunitaria insuficiente y a la rápida replicación del virus de la leucemia. Los gatos con infecciones progresivas tienen un pronóstico menos favorable y suelen tener una vida más corta, sucumbiendo finalmente a las enfermedades asociadas al FeLV. Estos gatos suelen tener pruebas de antígenos positivas y PCR positiva con una carga de ADN viral más alta.
Las infecciones regresivas se producen tras una respuesta inmunitaria robusta que puede controlar pero no detener la replicación vírica. Estos gatos no eliminan el virus y tienen menos riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con el FeLV, a menos que se inmunodepriman. Si se produce inmunosupresión, el virus puede "reactivarse", lo que aumenta la posibilidad de una enfermedad clínica más agresiva, como linfoma o supresión de la médula ósea.
Tratamiento del FeLV y el FIV
Aunque la prevención no siempre es posible, es la mejor protección contra la infección por FeLV o FIV. Dado que los gatos más jóvenes son los más vulnerables a la infección por FeLV, asegúrese de educar a los clientes sobre la importancia de la vacunación contra el virus. Dependiendo del estilo de vida del gato, la vacuna puede o no continuar después de alcanzar la edad adulta. Actualmente no existe una vacuna contra el FIV en Norteamérica o Europa.
Una vez que un gato está infectado por el FeLV o el FIV, no existe una terapia eficaz para eliminar ninguno de estos dos virus. Se han utilizado fármacos antivirales como la azodotimidina para tratar tanto el FIV como el FeLV, pero hay pocos estudios que respalden su eficacia general y su viabilidad. Históricamente, los interferones también se han utilizado para intentar reducir la carga viral, pero los estudios que lo avalan no suelen confirmar su beneficio general.
El principal tratamiento para los gatos infectados con retrovirus de cualquier clasificación es el manejo de las enfermedades secundarias concurrentes y la inmunosupresión. Asesorar a los clientes sobre la mejor manera de proteger a sus gatos en peligro. Lo ideal es evitar la exposición a otras enfermedades infecciosas, lo que significa que un gato que vaga libremente debe convertirse en un gato de interior o, al menos, estar en un espacio exterior limitado y protegido. Además, una buena alimentación, cría y cuidados médicos profilácticos adecuados son de suma importancia. Los clientes deben evitar alimentar a sus gatos con dietas a base de alimentos crudos debido a un mayor riesgo de patógenos transmitidos por los alimentos. Comunique a los clientes que las visitas veterinarias más frecuentes con exámenes de salud periódicos ayudarán a identificar y abordar posibles problemas lo antes posible. Los gatos retrovirales positivos que no se encuentran bien pueden necesitar un tratamiento más agresivo o durante un periodo más largo que los no infectados.
Pronóstico a largo plazo
El siguiente paso tras la identificación de una infección por FeLV o FIV es asegurarse de que el propietario comprende perfectamente lo que puede esperar en el futuro. Los gatos no deben y no necesitan ser eutanasiados basándose únicamente en una prueba positiva.
Los gatos positivos al FeLV tienen resultados variables en función de la fase de la infección. Ser capaz de clasificar eficazmente una infección por FeLV por estadios ayudará a guiar la toma de decisiones no sólo para el tratamiento, sino también para gestionar la exposición a otros gatos. Asegúrese de comunicar a sus clientes que los gatos con infecciones progresivas son los más propensos a transmitir el virus, y si hay otros gatos en casa, están en riesgo.
Para los clientes con gatos seropositivos al FIV, informar a los propietarios de que, en la mayoría de los casos, pueden esperar que su gato lleve una vida normal. Los gatos con FIV pueden cohabitar felizmente con gatos con FIV negativo siempre que no haya peleas entre ellos. Cuando los gatos con FIV conviven pacíficamente con otros compañeros felinos, es aconsejable no añadir más gatos a la población estable, ya que cualquier adición puede cambiar la dinámica del hogar y aumentar la probabilidad de comportamientos agresivos.
El aspecto más importante del diagnóstico y el tratamiento es animar a los propietarios de mascotas a que sigan acudiendo a las citas y análisis rutinarios de bienestar animal. La monitorización rutinaria de los gatos con infecciones retrovirales permitirá el reconocimiento precoz y la actuación ante problemas en desarrollo, y proporcionará la mejor plataforma posible para el manejo con éxito de estos gatos especiales.
Lectura adicional : Little S, Levy J, Hartmann K, et al. 2020 AAFP Feline Retrovirus Testing and Management Guidelines. Revista de Medicina y Cirugía Felina. 2020;22(1):5-30.